
Giubilei
Documenti rari dalle Collezioni Vaticane
Salas Paulinas - Archivo Apostólico Vaticano (acceso desde las Galerías Inferiores de los Museos Vaticanos)
Bajo el título “Giubilei. Documenti rari dalle Collezioni Vaticane” (Jubileos. Documentos raros de las Colecciones Vaticanas), a partir del 5 de marzo esta exposición acompañará a los peregrinos y visitantes de los Museos Vaticanos durante todo el Año Santo.
Fruto de la colaboración entre los Museos Vaticanos y el Archivo Apostólico Vaticano, la muestra se desarrolla en los evocadores y emblemáticos espacios adyacentes al Salón Sixtino de la Biblioteca Apostólica Vaticana: las Salas Paulinas, que, con motivo de esta especial iniciativa jubilar, se abrirán excepcionalmente al público por primera vez para albergar una exposición.
Las tres Salas Paulinas fueron la primera sede del “nuevo” Archivo Pontificio de la Santa Sede, instituido por Pablo V Borghese entre 1610 y 1612. Originalmente destinadas a la residencia de los cardenales bibliotecarios de la Santa Iglesia Romana, quedaron sin uso tras la muerte, en 1607, del Cardenal Cesare Baronio. Las salas fueron equipadas con armarios de álamo, que llevan los escudos nobiliarios de la familia Borghese, y decoradas en su parte superior con un ciclo de frescos de escenas de carácter histórico. En casi todas ellas aparece como protagonista un documento escrito, cuya conservación quedaba garantizada precisamente por los archivos, herramientas fundamentales para la administración y la protección de los intereses espirituales y territoriales de la Iglesia Romana.
La exposición está concebida para introducir al visitante en el significado del Jubileo, invitándolo a vivir la experiencia desde una doble perspectiva: espiritual e histórico-artística, poniendo de relieve también la importancia de los documentos y elementos materiales asociados al Año Santo.
“El Archivo Apostólico se abre así a un público más amplio, con una selección excepcional de documentos jubilares expuestos en espacios normalmente inaccesibles”, subraya el Padre Rocco Ronzani, Prefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana, “confirmando su papel como guardián de la memoria de la historia de la Iglesia y de la humanidad”.
A través de las piezas expuestas, será posible redescubrir los rituales y las liturgias de los Años Jubilares. Entre ellas, destacan algunos documentos originales de gran valor del Archivo Apostólico Vaticano, como las Bulas de convocatoria de los Jubileos de 1475, 1925, 1975 y 2000, junto con la más reciente, firmada por el Papa Francisco el 9 de mayo de 2024, con la que convocó el Jubileo 2025 “Peregrinos de Esperanza”.
En la primera sala, los visitantes serán recibidos por la Bula original de Bonifacio VIII de convocatoria del Primer Jubileo en 1300, un importante préstamo concedido por la Biblioteca Apostólica Vaticana por un tiempo limitado. A lo largo del recorrido expositivo, se podrá admirar una vitrina de los Museos Vaticanos (Departamento de Artes Decorativas) que reúne más de treinta objetos simbólicos de los jubileos del pasado, así como otros elementos que documentan aspectos menos conocidos de la vida de los peregrinos en su camino hacia las basílicas romanas. Llaman especialmente la atención herramientas de uso cotidiano de los albañiles, como ladrillos, martillos o paletas, convertidos en símbolos de la apertura y cierre de las Puertas Santas y que, con el tiempo, fueron elaborados por renombrados orfebres y plateros a partir de diseños de grandes artistas. Entre los más bellos destacan los realizados en plata, marfil, perlas y piedras preciosas para Pío XI, con motivo del Jubileo de 1925, obra del orfebre Pio Cellini, según el diseño de Biagio Biagetti, entonces responsable artístico de los Museos Vaticanos, quien estableció en su despacho, dentro del Aula de las Bendiciones, un pequeño taller de orfebrería.
Otra pieza destacada es la placa de mármol policromo del Jubileo de 1600, elegida como imagen representativa de la exposición. Esta inscripción se fijaba en la Puerta Santa al momento de su cierre, indicando el lugar donde se depositaban la caja con las llaves y las medallas del Pontífice.
Entre los objetos más enigmáticos que siguen despertando el interés de los estudiosos, cabe mencionar el llamado “bastón del peregrino”, una pieza de bambú que data probablemente de mediados del siglo XVII. Su superficie está decorada con finas ilustraciones en tinta negra que representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento, el escudo del Papa Inocencio X y una imagen de la Basílica de San Pedro, inspirada en una estampa de Johannes Greuter. Según crónicas de la época, era común que caballeros pertenecientes a cofradías del norte de Italia y de Europa Central entraran en Roma portando bastones decorados con complejas escenas iconográficas, testimoniando así su peregrinación.